El Sumo Pontífice aterrizó en Bagdad y en su primer discurso hizo un llamado a unión y el fin de los extremismos e intolerancias.
Casi siete horas después de partir desde Roma, el Papa Francisco aterrizó este viernes en Bagdad, donde adelantará una visita histórica de tres días a Irak, en medio de una situación de seguridad delicada y de la crisis por covid-19.
Sonriente, el Sumo Pontífice fue recibido al pie de la escalera del avión por el primer ministro iraquí, Mustafa al Kazemi, a quien estrechó la mano y posteriormente recibió flores de parte de dos niños con trajes tradicionales.
Acto seguido y en una discreta ceremonia de bienvenida, como es tradicional, las delegaciones de ambos Estados se reunieron e hicieron sonar los himnos.
Primer discurso
Inmediatamente, el Papa se reunió con el presidente del país, el kurdo
Barham Saleh, y proclamó su primer discurso en territorio iraquí. Lo hizo en el palacio presidencial ante las autoridades y miembros del cuerpo diplomático.
“Vengo como penitente que pide perdón al Cielo y a los hermanos por tantas destrucciones y crueldad.
Vengo como peregrino de paz, en nombre de Cristo, príncipe de la paz”, señaló el Pontífice en este su primer viaje al extranjero en 15 meses, recordando además “¡Cuánto hemos rezado en estos años por la paz en Irak!”.
En su comunicación también calificó a Irak como “cuna de la civilización”, invitó a la minoría cristiana del país a profundizar el diálogo con los musulmanes e hizo un llamado para dejar de lado las diferencias: “
Basta de extremismos, facciones e intolerancias”.
Bajo esta misma línea pidió a las autoridades iraquíes que “nadie sea considerado como un ciudadano de segunda clase” y que haya una participación de todos en el diálogo: “
es indispensable asegurar la participación de todos los grupos políticos, sociales y religiosos, y garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos”.
Así mismo, realizó un llamado para “luchar contra la corrupción” y los abusos de poder, pues “hay que construir la justicia, hacer crecer la honestidad, la transparencia y reforzar las instituciones”.
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Francisco por supuesto se refirió a la pandemia que afecta al mundo, asegurando que la “crisis del coronavirus es un llamado para repensar nuestro estilo de vida, debemos salir mejores que antes para que construyamos un futuro en base a lo que nos une, no lo que no nos divide”.
De esta manera, el jefe de los 1.300 católicos del mundo cumplió su primer acto oficial en Irak como parte de una agenda que se extenderá durante tres días por varias ciudades, entre ellas
Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh.
La visita del papa argentino de 84 años se produce en medio de una compleja situación de seguridad por las tensiones irano-estadounidenses que siguen latentes y bajo un estricto confinamiento por cuestiones sanitarias, ya que desde enero los casos de covid-19 se han triplicado en el país.
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