El comercio electrónico (tarjetas de crédito, debito, etc) se posiciona como uno de los jalonadores de la economía global. Al menos así lo demuestran los 5,2 billones de dólares que, según datos compartidos por el portal de estadística Statista, generaron las ventas online en el mundo en 2021, pues el 90% de toda la población siguió comprando de esta forma a pesar de que los negocios ya habían abierto sus puertas luego de las cuarentenas.
El uso de las tarjetas de crédito en Colombia
En Colombia, por ejemplo, ese mismo año más de 25 millones de personas (el 70% de los usuarios de internet) compraron en línea, ubicando al país como el tercer mayor mercado de comercio electrónico de Latinoamérica.Te puede interesar: Encuentran 281 tarjetas de crédito clonadas y cédulas falsas en Bogotá
Sin embargo, al tratarse de un método de negociación impersonal, es vulnerable a riesgos como el fraude digital, el mismo que aumentó el 134% en el país en 2022, tal como lo indicó el operador de datos e información crediticia y comercial TransUnion. Marco Antonio Beltrán, CRO de ePayco, explica que esta solución les permite a los clientes (en un modelo llamado Gateway) activar y personalizar las reglas de validación antifraude que se aplican en sus transacciones y les deja establecer montos, cantidades, medios de pago, franquicias de las tarjetas y puntajes de riesgo. Asimismo, cuando una operación arroja un puntaje que no cuenta con las condiciones adecuadas, se generan alertas para que se haga una revisión manual y detallada. En el caso del otro modelo, llamado Agregador, la firma electrónica es la que administra todas las reglas y de forma regular refina dichos parámetros.Lee también: Gustavo Petro pidió a los bancos reducir tasas de interés de tarjetas de crédito
Modelos para evitar fraudes con tarjetas de crédito
Dentro del sistema hay una herramienta clave para la prevención de fraudes con tarjetas. Se llama 3DS (en inglés, Three-Domain Secure) y es un sistema de seguridad que valida las transacciones en tiempo real y permite autenticar al dueño de la tarjeta directamente por el banco que emitió el producto con métodos que utilizan códigos, claves, entre otros, según lo considere la entidad financiera. Esta autenticación se hace antes de autorizar la compra, “de esta manera se garantiza que el producto no se utilice de manera fraudulenta por otra persona y se evitan posibilidades de reclamación por parte del titular, como un contracargo, lo que se traduce en menos pérdidas económicas para los comercios”, señala Beltrán. Soluciones de este tipo, además de reducir los incidentes, brindan control y permanencia a las ventas en línea, que tanto benefician a personas y negocios y que, alineadas a los nuevos hábitos de los consumidores, tienden cada vez a aumentar.¿Caíste en estos “pecados financieros” durante Semana Santa?