El Jardinerito de Fusagasugá cumple años y en RTVC Noticias recordamos algunas de sus gestas.
De chicos, muchos crecimos con el recuerdo de las hazañas de Luis Alberto Herrera Herrera, Lucho, como es conocido. Abuelos, tíos, padres, todos saben de las gestas del Jardinerito de Fusagasugá, un hombre que, con enorme tenacidad, se hizo mito. La historia de Lucho es la misma de cientos de colombianos, que con enormes sacrificios han logrado, no solo salir adelante, sino abrazar la gloria, las mieles del triunfo…
El origen
Nacido hace 60 años (4 de mayo de 1961), en el municipio cundinamarqués de Fusagasugá, e hijo de don Rafael y doña Esther Herrera, Lucho creció en una familia de pocos recursos económicos; esto hizo que tuviera que mezclar sus estudios con la jardinería (de allí su apodo). Este oficio, el de la jardinería, encendió -sin que fuera un plan- su pasión por el ciclismo: como debía recorrer grandes distancias para trabajar, su madre decidió comprarle una bicicleta y a partir de ese momento empezó la aventura. … Una aventura que lo llevó a volcarse de lleno en el deporte de las bielas, descollando en 1980, cuando en la Vuelta de la Juventud de aquel año se hizo con un honroso quinto lugar, enfundándose, además, la camiseta que lo acreditaba como campeón de la montaña. Fue el despegue de una carrera meteórica que lo llevó a conquistar la Vuelta a España 1987, dos etapas y dos veces la clasificación de la montaña (1987 y 1991); así como el Clásico RCN cuatro veces (1982, 1983, 1984 y 1986) y la Vuelta a Colombia en tres oportunidades (1983, 1986 y 1988), También triunfó en tres fracciones del Giro de Italia, donde igualmente se impuso en la clasificación de la montaña (1989). Esto, sin mencionar otros títulos en carreras nacionales e internacionales, como el Dauphiné Liberé (1988). Sin embargo, su mayor hazaña se registró en el Tour de Francia, una carrera donde sumó otras tres victorias de etapa y se impuso dos veces en la clasificación de la montaña (1985 y 1987). Una carrera que, en todo caso, merece un capítulo aparte…Donde nació el mito
Con una maleta cargada de ilusiones y unos meses después de quedarse con el Clásico RCN 1985, Lucho viajó a Francia. Allí, lo esperaba el enorme reto de competir frente a los mejores ciclistas del mundo en ese momento. Nombres célebres engalanaban el cartel de ese Tour, como los de Bernard Hinault o Pedro ‘Perico’ Delgado. Más allá de esto, Lucho se batió como una fiera. Fue así como el 9 de julio dio el primer campanazo tras doblegar al mítico Hinault y llevarse la etapa 11. ¡Sensacional! Apenas un día después, el 10 de julio, dio un nuevo golpe de opinión, al cruzar la meta en el segundo lugar de la jornada que acabó en Lans-en-Vercors, escoltando a su compatriota Fabio Parra.Listo, hasta ahí, tarea cumplida. En el pelotón todos ya sabían quién era Lucho Herrera y de lo que era capaz. La carrera prosiguió. Vino el triunfo en la contrarreloj individual del belga Eric Vanderaerden y nuevamente la montaña dijo presente. Era sábado 13 de julio. El país se aprestaba para acompañar, a través del radio, y quienes podían, por televisión, los sueños y esperanzas de Lucho. ¡Y no defraudó! Vestido con la camiseta de pepas que distingue al líder de la clasificación de la montaña El Jardinerito escribió una de las páginas doradas del ciclismo colombiano al ganar la etapa 14 con final en alto en Saint-Étienne. No fue una victoria más. Tampoco habitual. Lucho cruzó la meta con el rostro ensangrentado y laceraciones, producto de una caída a 10 kilómetros del desenlace de la jornada. Esa imagen, la del Lucho tenaz, con la sangre que se mezclaba con el sudor, perdura, más de tres décadas después en la memoria de los colombianos, de los que aman y los que no el ciclismo. Es el recuerdo de la valentía de un hombre que aquel día se hizo mito. Los siete puntos de sutura, las fotografías y los videos seguirán alimentando la leyenda de Lucho Herrera por siempre. Por: Erick NievesVer esta publicación en Instagram