En una reciente entrevista de “Noches de Opinión” con Hollman Morris, gerente de RTVC, el padre Albeiro Parra, presbítero de la Diócesis de Quibdó, ofreció un duro testimonio sobre los momentos más oscuros que vivieron junto a las comunidades del Atrato.
El padre Albeiro narró cómo los cuerpos de las víctimas eran rajados y llenados de piedras para hundirlos en el río Atrato. Estas atrocidades iban acompañadas de una propaganda macabra que impactó profundamente a las comunidades religiosas de la región: “Había letreros que decían 'Mata que Dios perdona' y 'Mata, pero no torturas'”, relató el sacerdote, describiendo cómo esas palabras agravaron el dolor de una comunidad creyente que luchaba por sobrellevar el dolor de la pérdida de sus seres queridos.
Había letreros que decían 'Mata que Dios perdona' y 'Mata, pero no torturas'
La frase que lo llevó al límite
Durante la entrevista, el padre Albeiro también recordó un tenso encuentro con Carlos Castaño, el entonces líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). En esa ocasión, junto al obispo Fidel León Castaño, reclamaron directamente al líder paramilitar por las torturas cometidas. Castaño, según el testimonio del sacerdote, justificó las acciones de sus hombres diciendo: “Yo les he dado órdenes de que los maten, pero que no los torturen”.
Yo les he dado órdenes de que los maten, pero que no los torturen
La indignación del padre Albeiro ante la respuesta lo llevó a un momento de confrontación física, motivado por la memoria de las madres que reconocían los cuerpos de sus hijos asesinados en el río Atrato:
“Le levanto la mano para golpearlo, pero el padre Leonidas me detuvo. Carlos Castaño me dijo 'Golpéeme, padre, que me lo merezco'”, reveló el sacerdote en un relato que muestra la intensidad de la situación y el sufrimiento que vivió la comunidad en esa época.
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Este testimonio no solo refleja la brutalidad extrema de los paramilitares en las regiones más remotas de Colombia, sino también la valentía del padre Albeiro Parra, y los miembros de su congregación, en su lucha por defender los derechos humanos y denunciar las atrocidades del conflicto armado.
El padre Albeiro sigue siendo una voz importante en la defensa de la verdad y la memoria de las víctimas del conflicto armado en Colombia. Es un recordatorio de las atrocidades sufridas por las comunidades rurales durante los peores años del conflicto armado en Colombia. Su enfrentamiento con Carlos Castaño, revela el coraje que muchos líderes sociales y religiosos vieron al desafiar a los perpetradores de la violencia y al percibir la ausencia de un Estado que, en su momento, no estaba interesado en alcanzar la paz.
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