El presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo ruso Vladimir Putin abrieron este miércoles con un apretón de manos su esperada cumbre de Ginebra, destinada a rebajar las tensiones entre ambos países y hallar algunos puntos de acuerdo. Los dos responsables llegaron con minutos de diferencia a la Villa La Grange, un magnífico edificio del siglo XVIII ubicado en el corazón de la ciudad suiza, y fueron recibidos por el presidente suizo Guy Parmelin, que les deseó suerte en esta reunión que se prevé complicada. Biden tomó la iniciativa y tendió la mano a Putin. "Siempre es mejor verse cara a cara", dijo el mandatario estadounidense al inicio de esta cumbre, la primera con el líder ruso desde que llegó a la Casa Blanca en enero. Putin, por su parte, dijo que confiaba en que la "reunión sea productiva". El encuentro prevé primero una reunión en formato reducido que incluye a Biden, Putin y los jefes de la diplomacia estadounidense y rusa, Antony Blinken y Serguéi Lavrov. Luego habrá una sesión de trabajo más amplia. Putin llegó a Ginebra el miércoles al mediodía, media hora antes del inicio de la cita, y Biden lo hizo el martes, procedente de Bruselas, donde participó en sendas cumbres de la OTAN y con sus aliados de la Unión Europea.
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Desde su llegada al poder, el 46° presidente de Estados Unidos adoptó un tono firme con relación a Putin, para dejar claras las diferencias con su errático predecesor, Donald Trump. Biden prometió además que subrayará ante su homólogo cuáles son "las líneas rojas" que no debe franquear. "No busco un conflicto con Rusia, pero responderemos si Rusia continúa con sus actividades dañinas", indicó el presidente estadounidense antes de la cumbre.