Si el vallenato tuviera fechas especiales, el 26 de mayo y el 22 de diciembre estarían en este calendario. Son los días en que nació y murió Diomedes Díaz Maestre, uno de los más importantes interpretes de esta música, que se consolidó en el Caribe colombiano y llegó a otros países como símbolo cultural de Colombia. La figura de Diomedes siempre será polémica. Sus escándalos, excesos y la muerte de Doris Adriana Niño, lo hacen una figura que recibe diversas críticas. Por otro lado, está su talento, entrega y capacidad de componer y popularizar, aún más, el vallenato, que bajo su batuta logró llegar a varios rincones del mundo. Varios fueron los factores que confluyeron en el éxito de Diomedes Díaz. Cuando nació en 1957, aún era la época de los juglares como Emiliano Zuleta, Lorenzo Morales, Francisco ‘Pacho’ Rada, Alejandro Durán, entre otros.
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Es importante señalar que el vallenato era el vehículo de comunicación; los juglares iban de pueblo en pueblo cantando razones de todo tipo. Dicha figura precisamente la exaltó Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad con Francisco el Hombre: "Francisco El Hombre era un anciano trotamundos de casi 200 años que pasaba con frecuencia por Macondo divulgando las canciones compuestas por él mismo. En ellas, Francisco El Hombre relataba con detalles minuciosos las noticias ocurridas en los pueblos de su itinerario, desde Manaure hasta los confines de la Ciénaga, de modo que, si alguien tenía un recado que mandar o un acontecimiento que divulgar, le pagaba dos centavos para que lo incluyera en su repertorio. Fue así como se enteró Úrsula de la muerte de su madre, por pura casualidad, una noche que escuchaba las canciones con la esperanza de que dijeran algo de su hijo José Arcadio". Sin embargo, el vallenato no salía del Caribe. Muchos de estos personajes no eran reconocidos más allá del Magdalena grande. Cuando el vallenato, entonces, empieza su transición de una expresión primigenia a un arte musical, empiezan a surgir cantantes como Jorge Oñate, Poncho Zuleta, Daniel Celedón y compositores como Rafael Escalona, Leandro Díaz, Armando Zabaleta, entre otros. La consolidación del vallenato entonces se da cuando en 1968 se lleva a cabo la primera versión del Festival de la Leyenda Vallenata que ganó Alejandro Durán. Dicha edición contó con el apoyo de Alfonso López, Consuelo Araujo y Rafael Escalona y fue parte de la fundación del departamento del Cesar. Gracias a las gestiones de estos, más el disco que grabaron Bovea y sus vallenatos cantando en guitarra canciones de Escalona, fue la entrada triunfal de esta música al interior del país.Lee también: Informe especial: Rafael Orozco, 30 años sin su voz
Diomedes Díaz: así se popularizo 'El Cacique de La Junta'
Diomedes Díaz, hijo de Rosa Elvira y Rafael María, creció bajo las complicaciones de la pobreza. Varios de sus trabajos fueron vendiendo chivo, limones y como ayudante en la finca de Claudio Mendoza, a quien de manera constante menciona en sus canciones como una forma de agradecer la ayuda que le brindó en su momento. Como lo cantó en su canción “Cantando”, Diomedes a la edad de 16 ya cantaba y a los 22 grabó su primer disco con Nafer Durán, hermano de Alejandro. Este disco no tuvo el éxito esperado, sin embargo, dejó grandes canciones como ‘Recuerdos de la montaña’ y ‘El chanchullito’ y la CBS puso sus ojos en el nacido en La Junta (Guajira) para que acompañara a Elberto ‘Debe’ López para su próximo disco vallenato. Con López grabó dos álbumes que dejaron éxitos como ‘Me deja el avión’, ‘Tres canciones’ (la ventana marroncita), ‘La despedida’ y muchas más. Diomedes Díaz ya era una figura reconocida. Sus canciones, cargadas de vivencias, con un estilo clásico con toques modernos y una interpretación que conectaba con la fanaticada, estaba siendo la semilla del éxito del cantante. Su consolidación sería entonces bajo la batuta de Nicolás ‘Colacho’ Mendoza, primer rey de reyes del Festival de la Leyenda Vallenata, con el cual grabó nueve discos y fue el despegue absoluto para Diomedes, quien llegó al interior del país con canciones como ‘La Juntera’, ‘El gavilán mayor’, ‘Fantasía’, ‘Bajo el palmar’, ‘Simulación’, entre otras. Posterior a esto, volvió a grabar con otro rey de reyes; Gonzalo el ‘Cocha’ Molina, con quien grabó el himno de los cumpleaños: ‘Tu cumpleaños’. Si se pudiera definir un éxito de Diomedes, sería el hecho de que cantó su vida, le dio banda sonora a la vida diaria y todas esas experiencias de amistad, desamores, amores, conquistas y muestras de afecto a la familia, que se quedaron para siempre en la memoria popular. Ejemplo de esto fue su etapa con Juan Humberto Rois, la cual muchos afirman es la pareja más importante en la historia del vallenato. Con ‘Juancho’ tomaron vida canciones como ‘Titulo de Amor’, ‘Mi primera cana’, ’26 de mayo’, entre otras.Te puede interesar: 5 motivos que hacen a Walter Silva un artista llanero por excelencia
Ejemplo de esas vivencias que Diomedes Díaz plasmó es la canción ‘El cóndor herido’. Por esos días, el ‘Cacique’ no pasaba por un buen momento en su relación con Patricia Acosta, musa de su mayoría de canciones. Un día, estando en su finca, un cóndor que estaba herido en una de sus alas se posó en sus terrenos, pero este no podía volar. Diomedes, al ver el imponente animal, compuso un himno vallenato que plasma esas dificultas de pareja con una metáfora casi perfecta, respecto a un ave que no podía volar. La muerte de Rois significó el inicio de sus problemas. A pesar de grabar con Iván Zuleta éxitos como ‘Sin saber que me espera’ y ‘Manguito biche’, llegó la muerte de Doris Adriana Niño, sus infidelidades, hijos no reconocidos y su estancia en la cárcel. El ‘cacique’ se desconectó de su fanaticada por un tiempo mientras trataba de poner algo de orden a su vida. Como si fuera un presagio de su muerte, en 2013 grabó ‘La vida del artista’ junto a otro rey de reyes; Álvaro López. Canciones como ‘Maduré’, ‘Ay, la vida, ‘Humilde viajero’, sonaban como despedida, como el último aliento que tomó Diomedes Díaz para grabar un disco vallenato, con buena voz y un acompañamiento único de López. Diomedes no se podía morir en otra época. Un 22 de diciembre de 2013 se apagó su voz, dejando un legado de anécdotas, videos con sus locuras, 21 hijos reconocidos, discos de platino, esposas, nietos y un estilo único que lo hace uno de los máximos exponentes de la música vallenata.