A través de la IA se busca mejorar la calidad y cobertura de la educación universitaria, optimizar los procesos de calificación y enfocar los perfiles profesionales.
El uso creciente de la inteligencia artificial ha generado un debate global, con organizaciones y personas adoptándola para optimizar procesos, especialmente en educación donde la UNESCO sugiere su potencial para mejorar prácticas de enseñanza y equidad en el acceso al conocimiento, mientras que otros señalan su capacidad para elevar la calidad educativa, calificaciones y perfiles profesionales de estudiantes. No obstante, la aplicación precisa en las aulas aún es incierta, y expertos como Diego Mazo rector de la institución ceipa han explorado su evolución en la educación universitaria y su impacto en la productividad laboral.
De acuerdo con el experto, la implementación de la IA ayudaría a mejorar la cobertura y la calidad de la educación profesional, sobre todo en regiones como América Latina, donde el acceso a las universidades continúa siendo limitado debido a las desigualdades sociales y económicas. “Por medio de esta herramienta se podría transformar el sistema educativo, desarrollando un modelo de enseñanza asequible y personalizado para cada estudiante según su enfoque profesional, diseñando programas y actividades que impulsen las competencias de cada estudiante”, afirma Mazo.
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¿La IA transformará la educación?
Respaldado por la encuesta reciente de Profuturo y la OEI titulada
"El futuro de la inteligencia artificial en la educación en América Latina", se sostiene que la mitad de los expertos consultados concuerda en que
la IA transformará la educación en la región al reducir brechas y cambiar enfoques pedagógicos. Diego Mazo, al aplicar esta tecnología en la educación superior, enfatiza en el enriquecimiento de perfiles profesionales al personalizar el aprendizaje según objetivos laborales y demandas del mercado, crucial en un mundo de transformaciones constantes en lo social, económico y político.
“La educación tradicional necesita un salto cuántico al uso de la tecnología, se debe impulsar las competencias de cada persona a la par de la demanda laboral. A través de programas, chatbots y plataformas, los profesores pueden optimizar los procesos de enseñanza y aprendizaje, lo que se verá reflejado en la productividad y rendimiento de los estudiantes para que salgan mejor preparados al mundo profesional”,
afirma Mazo.
Además,
agrega que el sistema de evaluación de las universidades podría mejorar, haciéndolo más objetivo y eficaz bajo un mismo sistema. Lo que ayudaría a reconocer las dificultades de cada alumno y a facilitar la labor de los docentes para que así puedan enfocarse en la formación y aprendizaje de los estudiantes.
En el marco de la Agenda de Educación 2030,
la UNESCO ha anunciado que está dispuesta a ayudar a los países para que aprovechen el potencial de la inteligencia artificial en el ámbito académico, garantizando que el uso de esta tecnología se rija bajo los principios de inclusión y equidad.
“La historia nos ha mostrado que el desarrollo tecnológico no se detiene, ni espera a nadie. Los países que son capaces de incorporar la tecnología en sus procesos de innovación rápidamente logran construir una ventaja competitiva que hará el cambio deseado en la sociedad, este es el momento de transformar el sistema educativo y revolucionar el mundo profesional”, agrega Mazo.
Por su parte,
la UNESCO hace un llamado a adoptar un enfoque en materia de IA “centrado en el ser humano, que tenga como objetivo reorientar el debate para incluir la función de esta tecnología en la lucha contra las desigualdades actuales en materia de acceso al saber, a la investigación y a la diversidad de las expresiones culturales, y para que esta no acentúe las diferencias tecnológicas entre los países y dentro de estos”.
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