La tumba de Jean-Marie Le Pen fue estropeada en Francia, un hecho que reaviva el debate sobre su oscuro legado de racismo, torturas y discurso de odio.
La caída de su primer ministro fue provocada por el rechazo de su presupuesto para 2025, que incluía medidas de austeridad que él consideraba indispensables para estabilizar las finanzas.