Esto ocurrió después de que Miguel Polo Polo, de manera ofensiva, arrojara a la basura las botas utilizadas en el acto conmemorativo de las madres de Soacha, un gesto que provocó indignación entre los familiares de las víctimas y fue condenado por la JEP.
La JEP aclara que no publicará todos los nombres de las 6.402 víctimas de falsos positivos y defiende la cifra basada en datos oficiales y nuevas investigaciones.
En un comunicado ante la JEP, los exguerrilleros reafirmaron su compromiso con la reparación a las víctimas y pidieron al Gobierno mayores garantías de protección.
Esto es un hecho sin precedentes que se suma al reconocimiento de reclutamientos forzados y violencias reproductivas dentro de las filas de las antiguas FARC-EP.