Las islas Tonga viven una gravísima falta de agua potable, casi una semana después de la erupción del volcán en el archipiélago, una catástrofe que un responsable de los servicios de rescate comparó este viernes con la explosión de "una bomba atómica". En Tongatapu, la isla principal, "sentimos una gran... fue como una bomba atómica. Toda la isla tembló debido al ruido (causado) por la erupción", dijo a la AFP por teléfono Sione Taumoefolau, secretario general de la Cruz Roja de Tonga. La erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai el 15 de enero, que desencadenó un tsunami, dejó a la pequeña nación del Pacífico aislada del resto del mundo tras la ruptura del cable de comunicaciones que unía el archipiélago a Internet. La situación continúa siendo difícil por la falta de ayuda humanitaria y la titánica operación de limpieza de cenizas que deben hacer ahora los habitantes.
"Lo peor para nosotros son las cenizas. Todo está cubierto por las cenizas del volcán", subrayó Taumoefolau.Jonathan Veitch, que coordina las operaciones de Naciones Unidas desde las islas Fiyi, consideró que el principal problema es el agua potable, pues las reservas que abastecen a decenas de miles de personas podrían estar contaminadas por las cenizas o el agua salada del tsunami. "Antes de la erupción, la mayoría dependía del agua de lluvia", dijo Veitch a la AFP.
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