Este lunes 18 de noviembre, el Congreso de la República tomará una de las decisiones más importantes para el futuro judicial del país: la elección de un nuevo magistrado o magistrada de la Corte Constitucional.
La vacante corresponde al puesto dejado por José Antonio Lizarazo, y la terna que el Senado debe votar está compuesta por los juristas Claudia Dangond Gibsone, Jaime Humberto Tobar y Miguel Efraín Polo Rosero. La elección de este nuevo miembro de la Corte podría cambiar el equilibrio político del tribunal, que en los últimos años ha mantenido una línea progresista en sus decisiones.
Claudia Dangond Gibsone
Dangond es abogada y tiene una maestría en Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, así como un posgrado en Políticas de Desarrollo para América Latina de la London School of Economics.
Además, ha sido consultora del Partido Conservador y, en 2014, fue candidata al Senado por este partido, aunque no logró una curul. Su estrecha relación con el Conservador ha sido un factor importante en su candidatura, y ha contado con el apoyo del presidente del partido, Efraín Cepeda, quien ha impulsado su nominación.
Su candidatura ha logrado el respaldo de un amplio espectro político, que incluye a conservadores, liberales, el Centro Democrático y un sector de Cambio Radical.
Cuenta con un fuerte apoyo de organizaciones sociales que abogan por una mayor representación femenina en la Corte, como lo demostró una carta firmada por más de 100 mujeres que pidieron a las 35 senadoras del país votar por Dangond, destacando la importancia de tener una voz femenina en una entidad clave para la defensa de los derechos de género.
Miguel Efraín Polo Rosero
Polo Rosero, exmagistrado auxiliar de Vladimir Fernández Andrade tiene el apoyo del Pacto Histórico, el Partido de la U, algunos sectores liberales y del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. Su candidatura ha sido vista como la opción para mantener la línea progresista de la Corte, un factor que podría ser decisivo para las políticas del actual Gobierno.
Polo Rosero es abogado con especialización en Derecho Financiero de la Universidad del Rosario, y cuenta con un posgrado en Derecho Constitucional del Centro de Estudios Constitucionales de Madrid, además de un máster en Derecho Comparado de la Universidad Complutense. Actualmente, se desempeña como conjuez del Consejo de Estado y árbitro en la Cámara de Comercio de Bogotá. Su perfil académico y su vinculación con el progresismo lo posicionan como el candidato de la izquierda para este importante cargo.
¿Por qué es importante esta elección?
La elección de un nuevo magistrado de la Corte Constitucional no es una decisión menor, ya que el tribunal tiene un papel fundamental en la interpretación de la Constitución y la protección de los derechos fundamentales de los colombianos. Además, la Corte es clave en la toma de decisiones que impactan áreas cruciales como la justicia social, la política de drogas, los derechos de género y la justicia económica.
El equilibrio político dentro de la Corte es vital, y por ello, tanto Claudia Dangond como Miguel Efraín Polo representan visiones políticas muy diferentes. La elección de uno u otro podría influir significativamente en las decisiones futuras del tribunal, especialmente en un momento en que el país enfrenta retos políticos y sociales importantes.
Polémica durante primera votación
Este lunes, durante la elección del nuevo magistrado de la Corte Constitucional en la plenaria del Senado, se registró un hecho inédito y polémico que ha generado gran controversia. En un proceso que se desarrollaba con normalidad, la votación presentó un error inesperado: se contabilizó un voto de más, lo que levantó sospechas de fraude y obligó a que el proceso fuera repetido.
Durante la sesión, estaban presentes 102 senadores, sin embargo, el conteo final reflejó 103 votos. Los abogados Miguel Efraín Polo y Claudia Dangond, quienes se disputan la vacante en la Corte, obtuvieron 50 votos cada uno. Además, se registraron dos votos en blanco y un tarjetón sin marcar, lo que hizo aún más confusa la situación.
Este resultado desató una ola de cuestionamientos, ya que la diferencia de un voto y la aparición del tarjetón sin marcar generaron dudas sobre la transparencia del proceso.
El escándalo obligó a la Mesa Directiva del Senado a ordenar la repetición de la votación. Los senadores opositores, así como varios sectores del país, denunciaron lo ocurrido como un posible fraude o, al menos, una grave irregularidad en el procedimiento. La elección del nuevo magistrado de la Corte Constitucional es de gran importancia, ya que este cargo influye directamente en las decisiones judiciales de trascendencia nacional.
El Senado, por su parte, ha prometido aclarar lo sucedido y llevar a cabo una nueva votación con total transparencia, aunque la controversia ya ha dejado una mancha en el proceso de selección del nuevo magistrado.
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