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Desabastecimiento en Argelia, Cauca, por paro armado de grupos ilegales

Foto: Colprensa
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Se cumple una semana desde que las disidencias de las Farc prohibieron el tránsito de vehículos de carga y de pasajeros.

La crisis humanitaria que ya se venía viviendo en el municipio de Argelia, Cauca, se ha agudizado en la última semana por el paro armado decretado por los grupos al margen de la ley que se enfrentan en esta parte del suroccidente del departamento del Cauca. Ya se completó una semana desde que la disidencia Carlos Patiño de las Farc prohibió que vehículos de carga y de transporte de pasajeros se movilizaran por la zona rural de este municipio. Para concretar esta orden, los disidentes incineraron dos camiones cisternas que movilizaban alrededor de quince mil galones de gasolina por la vía que comunica esta localidad con Balboa. El mensaje fue claro: nadie se moviliza por las vías de este sector.

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Con esta acción armada, los disidentes buscaban además evitar que sus rivales de patio, es decir la Segunda Marquetalia y la guerrilla del ELN, ejecutaran acciones en la zona tras ser expulsados militarmente por este grupo armado al margen de la ley. La ‘Carlos Patiño’, denuncia la misma comunidad, se apoderó ya de todas las veredas y corregimientos de Argelia. Sin embargo, y como respuesta a esta acción, los integrantes de estas dos últimas organizaciones armadas ordenaron a su vez a los campesinos no movilizarse por esta zona, así como por las localidades rurales del municipio vecino de El Tambo. Es decir, buscan cortarle los suministros a sus rivales. Estas acciones violentas tienen atrapadas a centenares de familias campesinas, porque nadie puede salir hacia las áreas urbanas, menos el ingreso de comida y combustible. El pasado miércoles, en el sector de La Cuchilla, El Tambo, quemaron un vehículo de transporte de pasajeros. “Ya no sabemos qué hacer. Los grupos armados buscan sólo sus intereses. Se ve el desabastecimiento. No tenemos comida sembrada y los jóvenes no quieren cultivar. No sólo se aprovecha la coca como sustento, sino que se depende de ella. Despertemos campesinos y busquemos salidas de fondo a esta crisis”, fue el mensaje que compartió la Asociación de Trabajadores Campesinos de Argelia, Ascamta.

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Narcotráfico, el telón de fondo

Detrás de este paro armado está el narcotráfico, porque este municipio registra el mayor número de hectáreas de sembrados de coca de la región y en su zona rural existen numerosos laboratorios para la elaboración de pasta base, así como para su posterior transformación en cocaína. “Estos delincuentes buscan controlar el narcotráfico, de ahí que dos de los grupos armados irregulares cortaron el suministro de cemento y combustible al Gaor Carlos Patiño. Eso es el paro armado, entonces los terroristas de esta última organización atacan a la población civil para evitar ese bloqueo, además porque los campesinos se cansaron de ellos y de su violencia”, explicó el comandante de la Tercera División del Ejército, brigadier general Jhon Jairo Rojas. La declaración del alto oficial se dio luego que la tarde del pasado jueves cinco personas, dos de ellas familiares del secretario de planeación de Argelia, resultaron heridas cuando un mortero artesanal cayó en una finca.

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“Los terroristas de Carlos Patiño atacan sin consideración a la población civil, más cuando ven que están acorralados por nuestras tropas, eso pasó ayer en el corregimiento de Puerto Rico, donde fuimos atacados con explosivos de fabricación artesanal y uno de estos impactó una vivienda, causando heridas a un teniente y a cuatro civiles”, precisó el brigadier general Jhon Jairo Rojas. Aunque el líder militar sostuvo que no existen bloqueos para alimentos y elementos esenciales, los pobladores de estas localidades denuncian todo lo contrario en las redes sociales y medios de comunicación regionales.No está entrando nada al pueblo, y las pocas cosas que quedaron están súper caras, un huevo cuesta mil pesos, la libra de arroz ya tiene un valor de seis mil pesos, hasta más, los refrescos ya no hay, las medicinas tampoco se encuentran, todo por el paro de los violentos”, relataron líderes sociales al exponer que muchas personas no se pueden desplazar hacia Popayán para citas o procedimientos médicos. A raíz de esta situación, los pobladores empezaron a compartir invitaciones para movilizarse este próximo 12 de diciembre, como forma de presionar a estas organizaciones armadas para que permitan el ingreso de vehículos, de paso comida y combustible. “Logros de los paros del ELN, Pocillos y Carlos Patiños se resume así: aumento de los precios de los productos de la canasta familiar y del de combustible, esto terminó en un desabastecimiento total, a la vez, generó una caída del precio de la hoja de coca y de la base, paralizando la producción de cristal o cocaína. Como es una región donde la economía se mueve en torno a esta actividad, entonces colapsó todo, hasta los hospitales y puestos de salud”, denunciaron habitantes del lugar.

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Este mismo panorama ya se vive en El Tambo, donde las comunidades también informan de las dificultades para acceder a los alimentos, todo porque no pueden desplazarse a la cabecera municipal por el terror que reina en esta parte del departamento. “En La Cuchilla, la gente de la ‘Carlos Patiño’ fue casa por casa buscando a la gente del Eln, de ese tamaño de la guerra que vivimos acá”, denunció un campesino que logró llegar ayer a la capital del Cauca en una chiva que se atrevió a movilizarse. “Pues me voy arriesgar y regreso allá, porque mi familia tiene hambre”, agregó el labriego al exponer que todo esto se debe al paro armado. Otras personas de este municipio indicaron que fue suspendido el servicio de transporte público desde el área urbana hacia las veredas y pocas busetas se movilizan hacia Popayán. “La gente se mueve en su carro o moto, pero con mucho miedo”, manifestó un funcionario de la alcaldía. Ese, entonces, es el escenario de hambre, miedo y violencia en esta zona del suroccidente del Cauca, donde el regreso de la guerra entre los grupos armados da un aire de desesperanza entre campesinos que un día creyeron en los beneficios de un acuerdo de paz. Colprensa