Mientras buena parte de los colombianos celebraban las festividades de fin de año, empezaron a hacerse cada vez más evidentes las inconsistencias en la búsqueda de la política de la paz total impulsada por el presidente Gustavo Petro entre el Gobierno Nacional y los diferentes grupos armados. El anuncio del cese bilateral con cinco organizaciones, en un comienzo, generó esperanza y tranquilidad entre los colombianos, emociones momentáneas después de que el Eln anunciara que no habían llegado a un cese bilateral con el Gobierno. Ante el sorpresivo comunicado, el ejecutivo suspendió el supuesto cese bilateral, que resultó siendo unilateral, con ese grupo armado. La posibilidad de acordar un cese de hostilidades se iba a evaluar entre las partes en el segundo ciclo de conversaciones, que después de la fallida comunicación, tenía fecha próximo a comenzar el 23 de enero, pero que estaría tardando más de lo que quisiera el mismo ejecutivo, según reconoció el jefe negociador, Otty Patiño. "Creo que hay que acelerar al máximo los tiempos de la negociación y eso es muy importante, los ritmos de la negociación tienen que incrementarse y ese es un tanto la situación que plantea el nuevo programa", afirmó Patiño.
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Y continuó Patiño: "Este Gobierno está haciendo todas las gestiones para acortar los tiempos de sentarnos de nuevo a la mesa, es el mecanismo que reconoce el Eln, mecanismo válido para pactar el cese bilateral. El Gobierno mexicano pareciera que, digamos, se demora más tiempo del deseable para tratar un asunto de esta naturaleza". Al difícil momento llegó una fuerte crítica, sorpresivamente, de uno de los acompañantes de los diálogos. La iglesia católica, en el editorial del periódico El Catolicismo, le hizo duros cuestionamientos a esa estrategia y además advirtió que en el propósito de consolidar la paz total se podría estar llevando a los obispos colombianos a ser usados. "Es absolutamente ingenuo pensar que unos grupos que llevan décadas en la guerra, en el narcotráfico, en la trata de personas, en la explotación minera ilegal, es decir, ejerciendo el poder de hecho en amplios territorios y enriqueciéndose a manos llenas, van a renunciar a todo eso porque el presidente de la República habla de paz total", se expresa en el artículo. Después del impase con el Eln, que evidencia fracturas en la negociación con ese grupo, el ejecutivo anunció que con las disidencias de la 'Segunda Marquetalia', el 'Estado Mayor Central', y los grupos Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y las Autodefensas de la Sierra Nevada (ACSN) habían logrado también un cese bilateral. Con base en él se ordenaría a las Fuerzas Militares no realizar acciones ofensivas en contra de los grupos armados, mientras que estos no atentarían contra de la población y cometer hechos violentos.Te puede interesar: “Abusos sexuales contra niños en el Guaviare es un etnocidio”: presidente Petro
Aunque el Gobierno sostiene la existencia de los acuerdos, el cumplimiento de los mismos para avanzar en la paz total no parece estar tan claro para los grupos armados ilegales, pues en los últimos días se conoció que miembros de las disidencias lideradas por ‘Iván Mordisco’ habrían secuestrado a dos militares. En este caso, según información entregada por el Ejército Nacional, aunque los hechos no son claros, el responsable sería el grupo armado organizado residual E37. Frente a los recientes casos el Gobierno no se ha referido. El miércoles 11 de enero se realizó un consejo de seguridad con los Ministerios de Defensa, del Interior, y la Consejería de Paz, el cual tardó cerca de seis horas en donde se abordó la situación de seguridad del país en los últimos días. Además, este viernes, surgió otro tropiezo para la paz total, particularmente frente a las AGC y las ACSN, debido a que la Fiscalía General de la Nación se negó a levantar las órdenes de captura vigentes en contra de algunos de los representantes de esos grupos armados, con el argumento de que, siendo grupos delincuenciales y no políticos, no hay posibilidad de negociación sino de sometimiento a la justicia.