El pasado domingo 20 de octubre, el ejército israelí bombardeó varias posiciones de Hezbolá en Beirut y el sur de Líbano, escalando el conflicto en la región. Los ataques se centraron en la periferia sur de la capital libanesa, un bastión del movimiento chiita proiraní, al tiempo que Israel continúa su ofensiva contra Hamás en Gaza.
Los bombardeos en Beirut ocurrieron un día después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusara a Hezbolá de intentar asesinarlo tras el lanzamiento de un dron desde Líbano hacia su residencia en Cesarea. Aunque Hezbolá no reivindicó la acción, la misión iraní en la ONU confirmó su participación en el ataque. Netanyahu lanzó una advertencia a Irán y sus aliados, asegurando que cualquier ataque contra Israel sería respondido con dureza.
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Objetivos en Beirut y el sur de Líbano
El ejército israelí informó que los ataques en Beirut destruyeron un centro de mando de Hezbolá y una planta subterránea de armas. Además, fueron bombardeadas oficinas de la institución financiera Al-Qard al-Hassan, que ha sido acusada de financiar a Hezbolá y está bajo sanciones estadounidenses. Los ataques se extendieron también a la región de Hermel y Saida, provocando pánico entre los residentes refugiados.
En el sur del Líbano, más de 50 localidades fueron bombardeadas, con 14 ataques consecutivos en solo 15 minutos en Khiam. También se reportaron bombardeos a casas en tres pueblos fronterizos, lo que resultó en la muerte de tres soldados libaneses. Hezbolá, por su parte, anunció que lanzó cohetes contra Haifa y bases militares israelíes en el norte del país, además de haber derribado un dron israelí.
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Desplazamiento masivo y destrucción
El conflicto, que se ha intensificado desde el 23 de septiembre, ha dejado más de 1.454 muertos en Líbano y ha desplazado a unas 700.000 personas, según cifras de la ONU. La destrucción en Beirut y sus suburbios ha superado la magnitud de los daños sufridos durante la guerra de 2006 entre Israel y Hezbolá. Según Mona Fawaz, urbanista del Beirut Urban Lab, más de 320 edificios han sido destruidos desde que comenzaron los bombardeos. La situación ha dejado áreas devastadas, con tuberías rotas, instalaciones de comunicación destruidas y un ambiente de miedo e incertidumbre entre los habitantes que intentan regresar para recuperar lo que queda de sus pertenencias.
Contexto regional y tensión con Irán
El conflicto en Líbano y Gaza ocurre en un contexto de creciente tensión entre Israel e Irán. El 1 de octubre, Irán lanzó 200 misiles hacia territorio israelí, a lo que Israel ha respondido con más bombardeos en Gaza y Líbano. Los enfrentamientos han dejado decenas de muertos y heridos, sumando más caos a una región ya afectada por conflictos prolongados.
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