En un acto de paz y reconciliación, el presidente Gustavo Petro ordenó la realización de obras en El Aro, Ituango, Antioquia, para reparar el daño causado por la masacre ocurrida en 1997. Durante la entrega de títulos de propiedad a 52 familias víctimas, Petro destacó la importancia de que el Estado se ponga al servicio de las víctimas y no de los victimarios.
El mandatario recordó la masacre de El Aro, en la que murieron 15 campesinos, y señaló que el Estado colombiano debe pedir perdón por su complicidad en el hecho. Petro también criticó la mirada terrateniente y feudal que llevó a considerar que valía más una vaca que un campesino.
Las obras ordenadas por el presidente incluyen el mejoramiento del centro de salud, la escuela, la construcción de la vía y el acueducto. Petro enfatizó que estas obras son un acto de paz y reconciliación, y que el Estado debe ser el que tome la iniciativa en la reparación de los daños causados.
La masacre de El Aro fue un hecho violento que ocurrió en 1997, en el que paramilitares asesinaron a 15 campesinos en la región de Ituango, Antioquia. El hecho fue denunciado por el entonces parlamentario Gustavo Petro, quien ahora como presidente busca reparar el daño causado y promover la reconciliación en la región.
El presidente Petro también recordó que la masacre de El Aro fue parte de un genocidio del pueblo campesino colombiano, motivado por la codicia y la búsqueda de tierras estratégicas.
Afirmó que el Estado colombiano debe pedir perdón por su complicidad en la masacre y trabajar para reparar el daño causado.
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La entrega de títulos de propiedad a las familias víctimas es un paso importante en la reparación del daño causado, pero el presidente Petro enfatizó que es solo el comienzo. Es necesario que el Estado siga trabajando para garantizar la justicia y la reconciliación en la región.
La reconciliación es un proceso largo y difícil, pero es necesario para superar el legado de violencia y opresión en Colombia. El presidente Petro ha demostrado su compromiso con la reconciliación y la justicia, y es importante que siga trabajando para garantizar que el Estado se ponga al servicio de las víctimas y no de los victimarios.
