Durante el 2021, la economía colombiana tuvo un crecimiento de casi el doble de lo presupuestado por el Banco Mundial, tras situarse en 9,9%, cuatro puntos por encima del 5,9% proyectado en junio del año pasado. En el informe publicado este martes, el Banco Mundial estima, además, un impulso en la economía nacional para 2022 del 4,1%, idéntica cifra presupuestada en el anterior análisis, y de 3,5% en 2023. Entre tanto, el estimado de América Latina es de 6,7%, 1,5 puntos más de lo proyectado; mientras que en Suramérica la cifra es de 7%.
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Fuerte desaceleración mundial
De otro lado, el Banco Mundial advirtió que el crecimiento mundial se desacelerará este año y la situación podría empeorar por el impacto de la variante ómicron de coronavirus, que se propaga como reguero de pólvora en todos los continentes acentuando la escasez de mano de obra y los problemas logísticos. La institución revisó a la baja su previsión de crecimiento del PIB global para 2022 en 0,2 puntos porcentuales, hasta el 4,1% después del 5,5% registrado en 2021. Pero "las perturbaciones económicas provocadas por ómicron podrían reducir aún más el crecimiento global este año, de 0,2 a 0,7 puntos porcentuales" adicionales, hasta 3,9% o incluso al 3,4%, añadió el organismo. En el peor escenario "la mayor parte del impacto se sentiría en el primer trimestre de 2022, seguido de un repunte notable en el segundo trimestre", asegura.Los útiles escolares también subirán de precio este año en Colombia
Impacto de la pandemia
"La variante ómicron nos demuestra una vez más que la pandemia todavía está entre nosotros y debemos aprender a vivir con ella", dijo Ayhan Kose, jefe de previsiones del Banco Mundial. Esta cuarta ola de covid provoca por el momento menos restricciones que la de 2020 "y si el brote disminuyera pronto, el impacto económico sería más bien leve", sostuvo.Pero "si la variante se afianzara en el tiempo, con un número elevado de contagios y presiones sobre el sistema sanitario, entonces el crecimiento sería más débil", matizó.En este supuesto, la escasez de mano de obra aumentaría, perturbando aún más las cadenas de suministro mundiales y alimentando el alza de precios. Ante una inflación galopante, el banco central estadounidense podría subir brutalmente las tasas de interés de referencia, lo que elevaría el costo de endeudamiento para los países emergentes, ya de por sí sujetos a una deuda récord. En ese contexto podría erosionarse la confianza de las empresas y de los hogares. En última instancia, el consumo y los flujos comerciales, que son el motor del crecimiento mundial, se verían afectados. Para 2022, el Banco Mundial ya ha revisado a la baja el crecimiento del volumen del comercio mundial hasta 5,8% (-0,5 puntos porcentuales) tras un repunte del 9,5% el año pasado. Con AFP