La reciente investigación revelada por el periodista israelí Gur Megiddo ha puesto en el centro del debate la controvertida transacción entre el gobierno colombiano, durante el mandato de Iván Duque, y la empresa israelí NSO Group, conocida por el desarrollo del software espía Pegasus. Según Megiddo, en 2021, Colombia pagó 13 millones de dólares en efectivo por este sistema de espionaje, lo que ha generado un escándalo en ambos países, debido a las implicaciones legales y éticas de dicha compra.
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Un pago inusual y discreto
De acuerdo con el informe de Megiddo, el pago de 13 millones de dólares fue realizado en dos partes: la primera, en junio de 2021, consistió en 5,5 millones de dólares transportados en un avión a Tel Aviv. Este dinero fue consignado en un banco israelí que activó alarmas ante la sospecha de que podría tener un origen ilícito. Posteriormente, en septiembre del mismo año, se realizó otra transferencia bancaria por el mismo monto, completando así el pago total.
Este hecho ya había sido confirmado por el propio presidente Gustavo Petro a través de su cuenta en la red social X. El 7 de septiembre advertía sobre las "actividades ilegales hechas desde el Estado" y relacionaba la polémica transacción con la desaparición de jóvenes líderes durante el estallido social.
Los hechos alrededor del software "Pegasus" en Colombia son delictivos. Delitos de funcionarios públicos en medio de un estallido social donde desaparecieron decenas de jóvenes líderes de barrios. Esto no es un simple hecho comunicacional.
Son actividades ilegales hechas… https://t.co/FVjl4ECd9t— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 7, 2024
El presidente Petro, quien ha utilizado su facultad legal para desclasificar información, explicó que este acuerdo fue registrado oficialmente por la agencia IMPA, el organismo de Israel encargado de la lucha contra el lavado de activos. El presidente criticó que, mientras el periodismo israelí ha investigado el asunto, en Colombia persisten intentos por "ocultar" lo ocurrido.
Efectivamente el periodista israelí, Gur Megiddo, quien decidió investigar, descubrió que el gobierno colombiano compró el software de interceptaciones "Pegasus" a la empresa israelí NSO con, como dice él, 13 millones de dólares en efectivo enviados en un avión.
Yo denuncie a la… https://t.co/WoGe2jbfIP— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 10, 2024
NSO Group y el uso de Pegasus
NSO Group, la empresa detrás de Pegasus, ha estado en el ojo del huracán durante años debido a las controversias relacionadas con el uso de su software en varios países. Pegasus permite interceptar comunicaciones privadas, acceder a dispositivos móviles sin dejar rastro y espiar a objetivos a nivel global. Se ha comprobado su utilización en países con regímenes autoritarios como Arabia Saudita y Marruecos, donde fue empleado para vigilar a periodistas, activistas y opositores políticos.
En el caso de Colombia, se ha especulado que la adquisición de Pegasus pudo haber sido con fines similares, lo que ha encendido las alarmas sobre posibles violaciones a los derechos humanos y a la privacidad de ciudadanos. Pese a las negativas iniciales del gobierno de Iván Duque, tanto el periodista Megiddo como Petro han señalado la existencia de pruebas irrefutables de que la compra se llevó a cabo, aunque no se han dado explicaciones claras sobre el propósito del software.
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La complicidad del Ministerio de Defensa israelí
Uno de los elementos más polémicos de esta transacción ha sido la participación del Ministerio de Defensa de Israel en la aprobación del negocio. Yair Kulas, jefe del departamento de asistencia a las exportaciones del Ministerio, fue señalado como uno de los principales promotores de este acuerdo. Según Megiddo, la aprobación del pago en efectivo generó gran malestar en algunos sectores del Ministerio de Defensa israelí, principalmente en el exdirector general, Amir Eshel, quien quedó sorprendido al enterarse de los términos del acuerdo sin haber sido consultado previamente.
Eshel, según fuentes cercanas, "se volvió loco" al conocer la transacción y las irregularidades que la rodeaban, principalmente por el riesgo de que fuera percibida como una operación de lavado de dinero, dado el gran monto de efectivo y el origen del mismo, procedente de Colombia, país tristemente conocido por su vínculo con el narcotráfico.
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El trasfondo político
La revelación de esta compra ha llegado en un momento políticamente delicado en Colombia, donde las relaciones entre el actual gobierno de Gustavo Petro e Israel no atraviesan su mejor momento. Al destaparse públicamente esta información, se han acentuado las tensiones diplomáticas que han complicado aún más las posibilidades de obtener una respuesta oficial desde Israel sobre la transacción.
Además, esta situación ha abierto una nueva etapa de cuestionamientos sobre el uso que el gobierno de Duque habría dado al software. ¿Se utilizó para espiar a opositores políticos o periodistas críticos del régimen? A pesar de las afirmaciones de que la compra de Pegasus no se realizó, la evidencia sugiere lo contrario.
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¿Qué sigue?
Este escándalo plantea serias interrogantes sobre la transparencia en los acuerdos internacionales y el uso del espionaje en Colombia. Mientras que en Israel, la figura de Yair Kulas sigue bajo la lupa por sus presuntos conflictos de interés y su manejo de este caso, en Colombia, las preguntas sobre quién ordenó el uso de Pegasus y con qué fines persisten.
La revelación de Gur Megiddo también destaca los riesgos de que gobiernos, incluso democráticos, puedan recurrir a tecnologías de espionaje masivo con fines poco éticos, erosionando la confianza ciudadana y vulnerando las libertades individuales.
En este contexto, la ciudadanía colombiana y la comunidad internacional esperan con atención las acciones que tanto el gobierno de Gustavo Petro como las autoridades israelíes puedan tomar en torno a este caso, buscando esclarecer todas las aristas de este oscuro episodio. ¿Se abrirá finalmente una investigación oficial?
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