La madrugada del martes, una operación del ejército israelí en Cisjordania ocupada dejó un saldo de ocho palestinos muertos, según informó el Ministerio de Salud palestino. El hecho ocurrió en los campos de refugiados de Tulkarem y Nur Shams, donde las fuerzas israelíes llevaron a cabo lo que describieron como una "operación antiterrorista".
Entre las víctimas se encuentran dos mujeres, Khawla Ali Abdullah Abdo (53 años) y Bara Khalid Hussein (30 años), además de un joven de 18 años identificado como Fathi Said Awda Ubaid, quien murió tras recibir disparos en el pecho y abdomen. La acción militar, que incluyó el uso de excavadoras para destruir carreteras según testigos locales, fue justificada por Israel como un esfuerzo para neutralizar lo que calificaron de amenaza terrorista.
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Un contexto de violencia creciente
Desde el inicio del conflicto en Gaza el 7 de octubre de 2023, la violencia en Cisjordania ha escalado a niveles alarmantes. Según cifras de la Autoridad Palestina, al menos 811 palestinos han muerto en este territorio desde entonces, mientras que del lado israelí se reportan 25 fallecidos entre civiles y soldados a causa de ataques palestinos.
En el mismo marco de tensiones, la ciudad de Belén, un símbolo histórico para los cristianos, vive una Navidad marcada por la tristeza y el aislamiento. Las restricciones impuestas por Israel y el impacto económico de la guerra han convertido a esta urbe en una "prisión a cielo abierto", según fray Ibrahim Faltas, Vicario de la Custodia de Tierra Santa.
Impacto humanitario y económico
Las condiciones en Cisjordania son cada vez más críticas. La inflación en el territorio ha superado el 70 % y miles de familias han quedado sin ingresos debido a las restricciones de movimiento y el cierre de acceso a trabajos en Israel. En Belén, la economía local enfrenta pérdidas de hasta 2,5 millones de dólares diarios debido a la paralización del turismo, un sector clave para la región.
A esto se suma la crisis demográfica. Unas 147 familias cristianas han abandonado Belén desde el inicio del conflicto, lo que pone en riesgo la presencia histórica de esta comunidad en la ciudad que vio nacer a Jesús.
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Una región atrapada en la incertidumbre
Mientras las tensiones continúan escalando, los habitantes de Cisjordania enfrentan una realidad cada vez más sombría. Aunque algunos líderes religiosos, como el Patriarca latino de Jerusalén, monseñor Pierbattista Pizzaballa, han intentado mantener la esperanza, los efectos devastadores de la guerra han dejado cicatrices profundas en la población.
Con más de 45.000 muertos en Gaza desde octubre de 2023 y la violencia extendiéndose a Cisjordania, el conflicto sigue afectando a millones de personas. Las palabras de un comerciante cristiano en Belén reflejan la desesperanza de la región: “Esperamos que la próxima Navidad sea mejor”. La comunidad internacional observa con preocupación, mientras los llamados a la paz se ven opacados por una violencia que parece no tener fin.
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