El lugar conocido como La Escombrera, en la Comuna 13 de Medellín, ha revelado partes de cuerpos humanos que confirman las denuncias de desaparición forzada en la zona entre 2002 y 2003.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) han identificado al menos cuatro cuerpos, todos con signos de violencia, incluyendo tiros de gracia, y en uno de los casos, evidencia de tortura.
Durante siete meses de excavaciones, expertos han removido 15 metros de escombros en un esfuerzo delicado que contrasta con la brutalidad de los crímenes.
Además de los restos humanos, han encontrado ropa y casquillos de balas, elementos que serán clave para identificar a las víctimas. Según la JEP, al menos dos de ellas fueron asesinadas y enterradas en el mismo lugar.
Los hallazgos confirman que las víctimas, entre ellas jóvenes y civiles indefensos, fueron asesinadas en el contexto de la Operación Orión y otras acciones conjuntas entre paramilitares y la Fuerza Pública, las cuales, bajo el pretexto de eliminar guerrillas urbanas, resultaron en graves violaciones de derechos humanos.
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Desde 2002, las familias de la Comuna 13 han luchado por visibilizar la verdad sobre las desapariciones forzadas. Con más de 520 casos documentados en la zona, La Escombrera sigue siendo símbolo de una herida abierta. Las madres buscadoras encuentran en estos hallazgos un respaldo a sus denuncias y un paso hacia la justicia tras más de 22 años de impunidad.
Precisamente, en el marco del trámite judicial, la JEP escuchó a las víctimas, atendiendo sus preocupaciones sobre seguridad, estigmatización, y vulneraciones a su libertad de expresión y derecho a la memoria.
“Una de las cosas más importantes aquí es que logramos unir a las entidades para que trabajaran por nuestras familias, para traer la maquinaria, para que buscaran", expresó Luz Elena Galeano, quien lleva 16 años sin saber nada de su esposo, Luis Javier Laverde, desaparecido el 9 de diciembre de 2008 en el sector Belencito, en la Comuna 13 de Medellín.
Gracias a su insistencia fue posible que la JEP dictara la medida cautelar, ampliara el polígono de búsqueda en La Escombrera, y que la Alcaldía de Medellín destinara recursos para este propósito. Asimismo, la Unidad de Búsqueda y la UIA elaboraron los estudios y el plan de intervención forense.
“Lo más satisfactorio es que se va a acabar la angustia de una familia que lleva años sufriendo, buscando a su ser querido", celebra cada día Margarita Restrepo, quien busca a su hija Carol desaparecida en 2002.
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