En su mensaje, el primer mandatario no solo defendió la trayectoria y la ética de Bonilla, sino que también ofreció una reflexión profunda sobre los problemas estructurales que afectan a la política y la justicia en el país.
Gustavo Petro destacó la trayectoria de Ricardo Bonilla, resaltando su integridad y compromiso con las necesidades de la población. Según el mandatario, Bonilla representa una excepción en un sistema donde la intelectualidad muchas veces se distancia de las realidades del pueblo.
Siempre, a pesar de su doctorado, o gracias a él, sirvió a sus alumnos, a su pueblo con humildad,
afirmó Petro, calificando como injustas las acusaciones dirigidas contra el ministro.
La justicia como valor colectivo
El presidente enfatizó que el sentido de justicia debe ser un principio universal y no el monopolio de jueces o instituciones. Recordó experiencias personales como víctima de decisiones judiciales injustas y elogió a los jueces valientes que, a pesar de las amenazas, han defendido los derechos de las víctimas. Estas vivencias le sirvieron para contrastar los ideales de justicia con la realidad de un sistema que, según él, sigue siendo influenciado por el poder y la corrupción.
Corrupción y sistema político en Colombia
Uno de los puntos centrales de la declaración fue la crítica al sistema de "cupos indicativos", práctica que, según Petro, ha sido histórica en Colombia y refleja las dinámicas de corrupción en la política. Explicó que esta metodología permitía a los congresistas manejar millones de recursos públicos a través de códigos secretos, favoreciendo a alcaldes aliados y contratistas, lo que perpetuaba un círculo de corrupción y compra de votos. El mandatario recordó que denunció esta práctica durante el gobierno de Andrés Pastrana, pero las pruebas fueron ignoradas, y los responsables quedaron impunes.
Un llamado a la transformación
Petro cerró su reflexión denunciando cómo el sistema político sigue beneficiando a los poderosos mientras criminaliza a los que luchan por el cambio. En su visión, la política y la ley en Colombia han sido manipuladas para servir a intereses corruptos, perpetuando desigualdades y consolidando el poder de quienes cometen crímenes contra el pueblo.
Un mensaje de apoyo en un contexto de desafío.
La defensa de Ricardo Bonilla, más allá de ser un respaldo individual, es un reflejo de la narrativa de Gustavo Petro sobre la necesidad de cambiar las estructuras políticas y sociales del país. Para el presidente, esta transformación pasa por desmontar prácticas corruptas y construir un sistema más justo y equitativo, en el que líderes como Bonilla juegan un papel central.
Con este mensaje, Petro no solo protege a un miembro de su equipo de gobierno, sino que también reitera su apuesta por un modelo político alternativo que enfrente los problemas históricos de Colombia desde sus raíces.
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