Armando Benedetti, exsenador y figura clave en la campaña presidencial de Gustavo Petro, renunció a su puesto como embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Según su carta de renuncia, su decisión responde a razones personales, relacionadas con su salud y nuevas oportunidades para contribuir al gobierno colombiano.
Benedetti explicó que su regreso está motivado por su deseo de apoyar al Ejecutivo en temas nacionales, actuando como asesor externo del presidente. En sus palabras, publicadas en entrevistas recientes, señaló que “al Gobierno le falta gente más idónea y con experiencia”. Este nuevo rol lo posicionaría como enlace de alto nivel entre la Casa de Nariño y el Congreso, en momentos críticos para las reformas estructurales que impulsa Petro.
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Conflictos internos en el Gobierno
La llegada de Benedetti no ha estado exenta de polémica. Su relación distante con Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), ha sido ampliamente comentada. Benedetti ha criticado públicamente a Sarabia, mientras que ella ha manifestado su intención de dejar el sector público. Esto plantea un desafío para el presidente Petro, quien debe evitar que el retorno de su asesor más cercano genere tensiones internas.
Por otro lado, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, también expresó no estar al tanto del alcance de las funciones de Benedetti en el Ejecutivo. Sin embargo, aclaró que no formará parte de su cartera, desmintiendo algunos rumores que surgieron después de la renuncia de Benedetti.
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Influencia política y desafíos legales
Benedetti representa un activo político para Petro debido a su vasta experiencia en el Congreso. Su papel en la aprobación de proyectos de ley será crucial en esta etapa final del gobierno. Sin embargo, las voces críticas temen que su estilo directo y su historial puedan acentuar las divisiones dentro del progresismo.
El regreso de Benedetti simboliza una jugada estratégica para el presidente Petro, quien apuesta por consolidar alianzas y fortalecer su equipo en medio de un clima político complejo. El tiempo dirá si esta decisión contribuirá a avanzar con las reformas o si, por el contrario, incrementará las tensiones en el Gobierno del Cambio.
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