El juicio que enfrenta a Meta con la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) comenzó este lunes en un tribunal federal en Washington. En una jornada intensa, Mark Zuckerberg, CEO de la compañía, fue el primero en declarar ante el juez James Boasberg en un proceso que podría redefinir el modelo de negocios de una de las empresas tecnológicas más influyentes del mundo.
La FTC acusa a Meta de prácticas anticompetitivas al adquirir Instagram y WhatsApp, con el argumento de que estas compras no fueron simples operaciones de expansión empresarial, sino maniobras calculadas para eliminar amenazas a su monopolio en el mercado de las redes sociales.
“Decidieron que la competencia era demasiado difícil y que sería más fácil comprar a sus rivales que competir con ellos”, dijo Daniel Matheson, abogado de la FTC, durante la exposición inicial del caso. La demanda sostiene que Meta ha mantenido durante más de una década un monopolio en los servicios de redes sociales personales, concentrando el poder de conectar a los usuarios con sus familias y amigos.
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Defensa de Meta: innovación, no monopolio
Por su parte, la defensa legal de Meta, representada por el abogado Mark Hansen, argumentó que las adquisiciones de Instagram (en 2012 por 1.000 millones de dólares) y WhatsApp (en 2014 por 19.000 millones de dólares) fueron legales y obedecieron a una lógica empresarial legítima: fortalecer y hacer crecer los servicios adquiridos mediante inversión e innovación.
“Las adquisiciones para mejorar y hacer crecer una empresa no son ilegales en Estados Unidos”, recalcó Hansen. La compañía sostiene que plataformas como YouTube y TikTok también compiten por la atención de los usuarios, y que sus diferencias no excluyen su carácter competitivo.
Meta, con sede en Menlo Park, California, niega categóricamente tener un monopolio. “El hecho de que esos servicios difieren en ciertos aspectos de las aplicaciones de Meta solo demuestra que sus competidores cercanos innovan con herramientas y funciones propias”, agregó la defensa.
Una batalla con implicaciones políticas
El juicio también tiene un componente político. De acuerdo con información publicada por diversos medios, Zuckerberg habría realizado gestiones recientes en la Casa Blanca para evitar que el caso derivara en juicio. Las visitas al entonces presidente Donald Trump, así como aportes económicos al fondo de su investidura y ajustes en la política interna de Meta, han sido interpretados por analistas como intentos de influir en la resolución del proceso.
Andrew Ferguson, actual jefe de la FTC, restó importancia a esos movimientos y declaró a The Verge que “estaría muy sorprendido si algo como eso ocurriera”.
Un juicio histórico
La demanda contra Meta forma parte de un conjunto de cinco procesos judiciales clave que actualmente enfrenta el sector tecnológico en Estados Unidos. Durante las próximas ocho semanas, el tribunal deberá determinar si las compras de Instagram y WhatsApp constituyeron un abuso de poder de mercado.
Si la FTC logra demostrar su caso, Meta podría verse obligada a desinvertir en ambas plataformas, en una decisión que tendría repercusiones de gran alcance para la industria tecnológica global.