Air-e: la plata desaparecida de Electricaribe que enreda a los Ríos Velilla

Air-e: la plata desaparecida de Electricaribe que enreda a los Ríos Velilla

Foto: Tomada de: Señal Colombia
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¿Por qué los habitantes del Caribe siguen pagando la energía eléctrica más cara del país? ¿Qué tiene que ver la corrupción con la mala prestación del servicio? La plata desaparecida de Electricaribe que enreda a los empresarios Ríos Velilla.

Señal Investigativa reveló la primera parte de una investigación en la que se detalla cómo el gobierno de Iván Duque le entregó Electricaribe a lo que hoy se llama la empresa Air-e, cuyo empresario controlador es Alberto Ríos Velilla, quien hoy pretende devolver la empresa al Estado porque según él, le está trayendo pérdidas. No obstante, los dineros que el Estado entregó no aparecen. 

 

 

A lo largo de la historia reciente de los servicios públicos en el país, la familia Ríos Velilla ha jugado un papel protagónico en el manejo irregular de los recursos públicos del país. Alrededor del cacique, Alberto Ríos, también está su hijo, Felipe Ríos Londoño quien fue concejal de Bogotá por el partido Cambio Radical entre 2008 - 2011. Se perfilaba como una de las figuras políticas más importantes del partido de Germán Vargas Lleras, pero su carrera política empezó a sucumbir cuando la fiscal Angélica Monsalve, en abril de 2022, le imputó el delito de violación del régimen de inhabilidades e incompatibilidades, al igual que a sus tíos Javier y Carlos Ríos Velilla, por irregularidades en la contratación del recaudo del sistema integrado de transporte público de Bogotá.

La Fiscalía explicó en ese momento que el exconcejal Felipe Ríos debía dejar claro que su parentesco con sus tíos no les permitía avanzar con el objeto del contrato, ni tampoco postularse para la adjudicación del mismo, cosa que no hizo ante el concejo de Bogotá. En varias oportunidades, Felipe Ríos se ha declarado inocente por estos hechos.

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De Electricaribe a Air-e 

Como se señaló al principio, en el 2020 el gobierno de Iván Duque decidió ceder la empresa de energía del Caribe, Electricaribe, a lo que hoy se llama la empresa Air-e, la cual pertenece a la red de empresas del conocido zar de los servicios públicos Alberto Ríos Velilla

De acuerdo con lo encontrado por Señal Investigativa, en los últimos tres años, la empresa Air-e ha registrado 115.325 reclamaciones o quejas por la mala prestación del servicio de energía eléctrica en los departamentos de Atlántico, Magdalena y Guajira, que es donde opera la empresa Air-e. Las reclamaciones, que llegaron a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, ubicaron a la empresa de Alberto Ríos Velilla en el primer lugar respecto a otras empresas que prestan servicios básicos en esta región del norte de Colombia. 

Este primer lugar en quejas y reclamaciones se ve claramente justificado por las irregularidades que se presentan tanto en la prestación del servicio, así como en los excesivos cobros a sus usuarios. Por ejemplo, hoy en Barranquilla una persona de estrato uno está pagando más de cien mil pesos mensuales, en estrato dos casi el triple y en los estratos tres, cuatro, cinco y seis, pueden pasar los 2 millones de pesos. Y las industrias, que consumen mucho más que una residencia, están pagando 20, 30 y hasta 40 millones de pesos mensuales cuando lo normal rodeaba los 15 o 20 millones de pesos. Es decir, el costo de la energía en el Caribe ha aumentado casi un 80% a 100% de lo que se pagaba normalmente cuando funcionaba Electricaribe, que también fue un gran dolor de cabeza. 

En la emisión de Señal Investigativa, se presentaron detalles de algunas facturas de personas que viven en Barranquilla, las cuales sirven como un ejemplo del abuso en las tarifas en los diferentes estratos. Por ejemplo, se evidenció el caso de una usuaria de Barranquilla, habitante de un apartamento en el estrato 2 cuyo valor de la factura del mes de agosto hoy asciende a 248.050 pesos: 102.590 por el consumo del mes y 142.460 pesos de deuda.

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Otro ejemplo es la factura, insólita, por decir lo menos, de agosto de 2024, tiene un costo de 831.240 pesos para una residencia de estrato tres en el barrio San Felipe de Barranquilla. El usuario no tiene ninguna deuda con Air-e, ese es el neto del mes. No obstante, este caso es un problema de marca mayor: vimos en la factura anterior,  y respecto del caso anterior, a un estrato más, el tres, le están cobrando siete veces más que al estrato dos.

La empresa Air-e, que se quedó con los activos y dineros de Electricaribe, argumenta que el factor factor principal en los altos costos de la facturación tiene que ver  el incremento en los precios de energía que venden las generadoras, a través de embalses o termoeléctricas.

Sin embargo, el presidente de la Liga de Usuarios de Servicios Públicos en el Caribe, Norman Alarcón, aseguró que las fallas técnicas, se deben a la poca inversión en medidores de energía y otros elementos para prestar un buen servicio a la ciudadanía, y que este es uno de las causas que generan un mal servicio y costos altos que finalmente terminan pagando los usuarios. 

 

Air-e un entramado de empresas, amigos y familia

El centro en el que gravitan las empresas públicas de energía de Pereira, Tolima, Atlántico, Guajira y Magdalena, es Alberto Ríos Velilla. quienes figuran al frente de esas compañías que lo rodean son personas de su confianza desde hace varios años y quienes fungen como representantes legales, revisores fiscales, contadores, gerentes, quienes se repiten en esta red y cuya estructura les permite sacar el dinero hacia empresas asentadas en Panamá, donde no hay información abierta para verificar de dónde proviene el dinero guardado en ese país, puesto que es considerado un paraíso fiscal.

Según las pesquisas de Señal Investigativa, todo empieza por el llamado zar de los servicios públicos: Alberto Ríos Velilla. Éste fue el contratista encargado de la recolección de basura en Bogotá, con su empresa aseo capital hasta la alcaldía de Gustavo Petro, quien decidió quitarle el monopolio de las basuras en la capital, pues con sus socios controlaban el negocio del aseo que en Bogotá asciende anualmente a más de $2,5 billones de pesos. En medio de esa disputa, se enfrentó con el entonces alcalde Petro e hizo parte de un plan para desestabilizar la prestación de ese servicio público, la recolección de basuras, en la capital del país.

También, Alberto Ríos Velilla apareció en los Panamá papers. la firma de abogados Mossack Fonseca reveló que Alberto Ríos Velilla fundó en 1998, en las Islas Vírgenes, la sociedad Canopy Consulting Limited. El empresario le dijo a Connectas que Canopy es una empresa dedicada a los bienes raíces en Miami, ciudad donde vivió y desde la que abrió esta compañía.

Por su parte, Heydy Tatiana Calderon Pardo, es una de las directivas más importantes alrededor de Alberto Ríos Velilla. Es actualmente la representante legal de la empresa  Latin American Capital Corp, dueña del 75% de las acciones de Air-e, y a su vez Calderón es una de las gerentes de Enertolima, dueña del 49% de las acciones de la Empresa de Energía de Pereira que a su vez es dueña del restante 25% de las acciones de Air-e. Heydy Tatiana Calderón también es la representante legal de la empresa Air-e desde 2020, durante ese año, Calderón Pardo ha sido dos veces sancionada por juzgados de la Guajira al no acatar fallos judiciales que obligaban a Air-e a no corta la energía a los guajiros.

La empresa Enertolima a su vez, es la dueña del 49.9% de las acciones de Kapital Energy, cuyos socios son los hermanos Guido y Manuel Nule, quienes fueron condenados por corrupción en el famoso escándalo del carrusel de la contratación y desfalco en Bogotá.   

Natalia Ríos Londoño, quien es la hija de Alberto Ríos Velilla, desde 2020 también es una de las principales integrantes de la junta directiva de Air-e. Es actualmente columnista del diario económico La República y también es la presidenta de Bancar Tecnología, una compañía de financiamiento también conocida como “Ualá”. 

Otra de las personas que gira en torno a las empresas de Alberto Ríos Velilla es Yulieth Porras Osorio, quien en 2014 fue nombrada como gerente general de la Empresa de Energía de Pereira. Porras Osorio fue gerente jurídica por 3 años, y en 2015 fue nombrada por el alcalde de Pereira de ese entonces, Enrique Vásquez Zuleta, como gerente general, cargo que ocupa hasta la fecha. 

Yulieth Porras Osorio también es la presidente de Codisgen, el gremio de los comercializadores y distribuidores de energía. Fue reconocida por la revista Forbes Colombia como una de las 50 mujeres más poderosas de Colombia, donde la describieron como la mujer que estuvo detrás de todo el negocio de Electricaribe desde 2016 y quien lidera la transformación del mercado eléctrico de la Costa Caribe. 

Asimismo, Gabriel Alberto Gomez Gutierrez, es otro de los directivos que gira entorno a las empresas de Alberto Ríos Velilla. Entre 2008 y 2011 fue miembro de la junta directiva de la Empresa de Energía de Pereira. En febrero 2020 fue nombrado gerente general de la empresa Latin American Capital Corp, La dueña del 75% de las acciones de Air-e.  Latin American Capital Corp es la encargada, dentro de esta maraña de empresas, de temas relacionados con sistemas de electrificación rural, redes inteligentes, modernización de redes, subestaciones, líneas de transmisión, servicios industriales, comercializador de energía eléctrica, transmisión, distribución primaria de energía eléctrica. 

Finalmente, Natasha Avendaño, la actual gerente del Acueducto de Bogotá en la alcaldía de Carlos Fernando Galán, quien desde su cargo como superintendente de servicios públicos, el cual ocupó entre 2018 y 2022, fue la persona encargada de la liquidación de Electricaribe y su posterior entrega a Air-e, es decir, a Alberto Ríos Velilla. También se desempeñó como asesora del Ministerio de Hacienda durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez.

Este es el entramado empresarial que tiene Alberto Ríos Velilla y su cercanía con la política del Centro Democrático y Cambio Radical. Hoy, su objetivo es devolverle la empresa al Estado para que le inviertan más dinero, sin embargo, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, como ente estatal encargado de vigilar estas empresas, deberá tomar nota y cartas en el asunto para decidir de una vez por todas qué va a pasar con Air-e y su papel nefasto en la prestación del servicio de energía en la Costa Caribe.