En la madrugada del 15 de noviembre, un artefacto explosivo fue detonado en el barrio Centenario de Jamundí, Valle del Cauca, causando daños materiales en al menos cinco viviendas.
El hecho, que aún no ha sido reivindicado, movilizó a las autoridades locales, quienes acordonaron la zona mientras iniciaban la verificación de los daños.
Vecinos del sector reportaron la explosión, y las primeras imágenes mostraron a miembros de la Policía Metropolitana de la región llegando al lugar para evaluar la situación. A pesar de la magnitud del ataque, las autoridades locales confirmaron que no se registraron víctimas mortales ni heridas. Las afectaciones, hasta el momento, son exclusivamente materiales.
El área, cercana a una estación de Policía, fue rápidamente acordonada para evitar posibles riesgos y permitir el trabajo de los equipos de emergencia.
Las autoridades aún no han emitido un pronunciamiento oficial sobre el origen del atentado, aunque medios locales apuntan a que se trataría de un nuevo episodio de violencia relacionado con el uso de artefactos explosivos en la región.
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Escalada de violencia en el suroccidente del país
Este atentado se suma a una creciente preocupación por la de violencia en el Valle del Cauca y otras zonas del suroccidente del país.
En las últimas semanas, se han registrado al menos cinco ataques con explosivos en la región, destacando uno de los más recientes, ocurrido el 8 de noviembre en el barrio Jordán de Jamundí, cuando una motocicleta bomba explotó al paso de un grupo de uniformados, dejando 15 personas heridas.
El uso de explosivos en el Valle del Cauca no es un fenómeno aislado. El 8 de noviembre también se confirmó la desactivación de una carga explosiva cerca de la Glorieta Alfaguara en la vía Chipaya, que fue abandonada por desconocidos. La Policía llevó a cabo una detonación controlada, evitando mayores consecuencias.
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Respuesta de las autoridades y refuerzo de seguridad
Ante la creciente violencia en la región, la alcaldesa de Jamundí, Paola Castillo, anunció que el refuerzo del pie de fuerza, previamente destinado para garantizar la seguridad durante la COP16 de biodiversidad, se mantendrá en el municipio. Esto busca brindar acompañamiento a la ciudadanía y reforzar la seguridad en una zona que, además, se ha visto afectada por el uso de drones como artefactos bélicos.
Aunque la situación es preocupante, las autoridades locales han destacado que la presencia de más efectivos de seguridad y la implementación de tecnologías como los drones pueden ayudar a mitigar la violencia en una región marcada por el conflicto armado y el crimen organizado.
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