En un importante avance en el proceso de justicia transicional en Colombia, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha reconocido un patrón de violencia motivada por prejuicios contra las orientaciones sexuales e identidades de género diversas dentro de las filas de las extintas FARC-EP.
Este reconocimiento, que se dio a conocer hoy en el Auto de hechos y conductas del Caso 07, resalta las graves afectaciones que sufrieron los niños, niñas y personas LGBTIQ+ reclutados por la guerrilla durante el conflicto armado.
Según el informe de la JEP, la violencia dirigida a estos menores tenía como propósito "suprimir, ocultar o corregir" sus identidades sexuales y de género.
Las víctimas de este patrón experimentaron abusos severos que incluyeron aislamiento social, retraimiento, la renuncia a espacios de socialización y, en muchos casos, la imposibilidad de formar relaciones sexoafectivas. Este tipo de violencia refleja el intento de imponer normas de comportamiento heteronormativo y cisgénero dentro de las filas de las Farc, a través de la coacción y la represión.
Un hito en la justicia transicional
Este reconocimiento de la violencia por prejuicio se suma a otros patrones de abusos documentados por la JEP en su investigación, como los reclutamientos forzados de menores de edad y las violencias reproductivas sufridas principalmente por mujeres y niñas en las filas guerrilleras.
La JEP ha destacado que la omisión y la falta de sanción de estos crímenes por parte de los altos mandos guerrilleros contribuyó a la perpetuación de estas prácticas durante décadas.
Desde la organización Colombia Diversa se celebró este avance como un "hecho sin precedentes", destacando que, por fin, se reconoce formalmente el sufrimiento específico de las personas LGBTIQ+ en el conflicto armado.
Este reconocimiento es especialmente significativo, pues visibiliza la violencia estructural que sufrieron en un contexto de guerra, lo cual había sido previamente marginado en los procesos de reparación y justicia para las víctimas.
Un paso hacia la reparación integral
El informe de la JEP establece que, además de las afectaciones psicológicas y emocionales, los menores que fueron víctimas de esta violencia también vieron vulneradas sus posibilidades de desarrollo social y afectivo. Las condiciones de coerción en las que vivieron dentro de las Farc impidieron que muchos de estos jóvenes pudieran tener una vida plena y libre de discriminación.
Este reconocimiento subraya la necesidad de una reparación integral para todas las víctimas del conflicto armado, incluyendo a aquellas que fueron afectadas por la violencia de género y la discriminación sexual. A través de este tipo de decisiones judiciales, la JEP no solo está avanzando en la búsqueda de la verdad, sino también sentando un precedente para que la justicia en Colombia abarque la totalidad de las víctimas, sin distinción de su identidad u orientación sexual.
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